martes, 11 de agosto de 2009

Tratados como si no fueran nadie

Por: Angela Delgado Figueroa


¿Ha sufrido tal vez alguna vez la humillación de verse discriminado? Tal vez se debió a su color de piel, religión, situación económica sexo o edad. Quienes son victimas de la discriminación suelen vivir con miedo al maltrato. Temen pasar junto a un grupo de personas, entrar en una tienda, ir a una nueva escuela o asistir a una reunión social.
Además, el prejuicio y la discriminación tienen otras repercusiones, como dificultades para conseguir empleo, una atención médica mediocre, una educación inferior, menos privilegios sociales y derechos legales. Y cuando las autoridades aprueban la discriminación, esta puede llevar a terribles limpiezas étnicas y genocidios.
El fanatismo y la intolerancia a veces persisten hasta en lugares donde se han promulgado leyes contra la discriminación. Una ex Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU dice: “Seis décadas después de la adopción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos los principios de la igualdad y la no discriminación siguen lejos de ser una realidad universal”. Eso es muy preocupante, pues la inmigración y la influencia de refugiados han alterado considerablemente el perfil demográfico de muchos países. De ahí que ahora podemos observar que cada vez más sean los casos de discriminación.
Como por ejemplo hemos podido observar los distintos casos de compatriotas ecuatorianos que han muerto, otros han quedado gravemente heridos, debido a palizas que les han propiciado personas españolas o de otros países que son racistas.
“Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.” (Articulo 1 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos).
Pese a estos elevados ideales, el prejuicio y la discriminación continúan plagando a la humanidad, lo que no solo es reflejo de los tiempos en que vivimos sino también de la imperfección del ser humano.
Pero la situación no es irremediable. No vamos a eliminar la discriminación que vemos a nuestro alrededor, pero si podemos desarraigar los prejuicios que tal vez alberguemos en nuestro corazón.
Para ello debemos reconocer que nade esta exento de tener prejuicios. El libro Una mejor comprensión del prejuicio y la discriminación dice: “Posiblemente, las principales conclusiones extraídas de la investigación sobre el prejuicio sean estas:
1) Ningún ser con capacidad de expresión y raciocinio está libre de albergar prejuicios.
2) Hace falta reconocer el prejuicio y hacer un esfuerzo deliberado para combatirlo.
3) Con la debida motivación, se puede lograr.
Se dice que la mejor arma contra el prejuicio es la educación. La buena educación nos ayuda, por ejemplo, a poner al descubierto la raíz del prejuicio, a examinar nuestras actitudes de manera más objetiva y a saberlo afrontar cuando somos victimas de él.
El prejuicio hace que la gente distorsione, malinterprete o hasta pase por alto hechos que chocan con sus ideas preconcebidas. Pudiera surgir a causa de valores familiares erróneos aparentemente inocentes, sembrarse a propósito mediante ideas retorcidas sobre otras razas o culturas, o verse fomentado por el nacionalismo y doctrinas religiosas falsas. Incluso puede ser producto del orgullo desmedido.
También otra razón por la que muchos han aprendido a discriminar es por unirse a compañías que tiene esta manera de pensar. Por eso hemos de escoger bien nuestras compañías pues estas ejercen una profunda influencia.
El racismo por su parte es la “doctrina que exalta la superioridad de la propia raza frente a las demás, basándose en caracteres biológicos”, lo que lleva también a la discriminación y al querer o respetar solo a las personas de su propia raza o status social.
Sin embargo, recordemos que todos tenemos errores y defectos y somos creación de un mismo Dios.
Por esa razón cuando lleguemos a conocer a alguien de cerca, logremos ver más allá de los estereotipos.

2 comentarios:

  1. En la actualidad las personas no deben descriminar a nadie por ningun tipo de deformacion, raza o color ya que existen leyes que protegen a estos seres humanos que forman parte de una sociedad que ha sufrido varios cambios como la no discriminación; y como la autora de este articulo menciona que todos somos hijos de un mismo dios.

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  2. El hombre es un ser brillante por la bondad de su alma, y esto es lo que vale, deberían ser desterrados aquellos comentarios racistas pues los humanos somos grandes por ser como somos y nadie debe ser considerado inferior por ser de un color distinto al nuestro, o por ser de una clase social baja, porque hombres y mujeres sentimos, amamos, respiramos y cada uno es una bendicion de Dios.

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